EL PUPITRE AUDIOVISUAL

• Los rápidos y continuos avances tecnológicos y la demanda cada vez mayor entre el estudiantado por cursar estudios profesionales de cine, son dos de las principales preocupaciones de directivos y académicos de las escuelas de la especialidad.

• Algunas escuelas ofrecen estudios con reconocimiento oficial de licenciatura, mientras que otras, ofrecen estudios altamente profesionalizados como el CUEC o el CCC. ¿Qué tan importante es el título para ejercer la cinematografía?

• Se ofrece un nutrido perfil de la productora Laura Imperiale, de larga y muy reconocida trayectoria en el cine latinoamericano. También se aborda el tema de la industria pornográfica en México, principalmente de temática homoerótica.

• Además, se incluyen entrevistas con los directores Gerardo Naranjo y Emilio Portes, un ensayo sobre el Spaghetti Western y la Revolución Mexicana y artículos desde Argentina y Durango.portada-Toma-5-baja

La cinematografía es un arte tan reciente que, hasta hace escasas décadas fue, gradualmente, dejando de ser un oficio que se aprendía en los foros de filmación como asistente de técnicos y manuales, para trasladarse a las aulas y contar con estudios especializados en un centro escolar. No cabe duda que sólo la práctica permite hacer cine, pero ayuda conocer la historia, las teorías y las posibilidades de lenguaje ya existentes para hacerlo mucho mejor, para conseguir mejores relatos.

Diversas cuestiones rondan los estudios cinematográficos: ¿Cómo se adaptan las escuelas a los incesantes avances de la tecnología? ¿Por qué sólo se aceptan grupos muy reducidos de alumnos? ¿Son mejores cineastas aquellos que terminaron una tesis o tienen título profesional como licenciados? ¿La teoría cinematográfica es absolutamente necesaria para estar en el foro? ¿Importa tener conciencia de la historia y desarrollo del séptimo arte mediante el aprendizaje escolar? ¿Por qué algunos de los cineastas mexicanos de mayor trayectoria no pasaron por ninguna de las escuelas más importantes de la especialidad en el país?
A estas dudas y a muchas otras más responden diversos profesionales especializados en la docencia cinematográfica para conformar el quinto número de TOMA. Revista Mexicana de Cine, publicación bimestral de reflexión, análisis e información en torno al fenómeno cinematográfico en México y en el resto del mundo que, desde el 6 de julio circula por todo el país en locales cerrados.
La preocupación principal de directivos y académicos de escuelas y centros de enseñanza, desde hace varios años, ha sido el vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías audiovisuales y sus constantes innovaciones, junto con el incremento exponencial de la demanda por aprender a hacer cine, afirma el maestro Alfredo Joskowicz, ex director del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, así como del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), quien propone algunas preguntas esenciales: ¿Cómo mantener actualizados los planes y programas de estudio? ¿Cómo afrontar el crecimiento de la matrícula? ¿Es posible económicamente, sin perder el nivel y la calidad de la enseñanza?
Luego, en una reflexión sobre la ética y la honradez en esta disciplina, el director Sergio Olhovich, fundador del Instituto Ruso Mexicano de Cine “Serguei Einsenstein”, plantea diversas encrucijadas respecto a la enseñanza y el aprendizaje, entre ellas “tener algo que decir (el contenido: mensaje, idea) y contarlo bien (la forma)”, o que “sin verdad cinematográfica no hay cine”.
En tanto, el cinefotógrafo Henner Hofmann, quien este año fue nombrado director del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), plantea en entrevista que su proyecto educativo ha apostado por los directores que hayan vivido, a corto plazo, la experiencia de trabajar profesionalmente: “Para la transmisión inmediata, es muy eficaz traer polvo de la filmación en los zapatos”.
Por su parte, el director del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, Armando Casas, advierte también en entrevista que, si bien la escuela no ha logrado que sus estudios sean reconocidos con el nivel de licenciatura, dicha expectativa ya ha sido rebasada, pues lo que requiere son estudios de posgrado en áreas específicas del quehacer cinematográfico.
Desde Guadalajara, Boris Goldenblank, jefe del Departamento de Imagen y Sonido de la Universidad de Guadalajara (UdeG) explica que, aunque la escuela no es la única opción para aprender cine y muchos reconocidos cineastas fueron autodidactas, la mayoría de ellos, antes de dedicarse al séptimo arte, estudiaron teatro, música o artes plásticas, es decir, “tuvieron una formación artística”.
Marcel Sisniega, director de la recién creada Escuela Veracruzana de Cine, prosigue la discusión al plantear que el autodidacta habitualmente presenta lagunas en su formación y que un buen maestro puede ahorrarle tiempo y muchos frentazos, además que estudiar con compañeros que comparten la misma vocación resulta estimulante y a menudo es la base de futuras colaboraciones.
Y Jorge Bolado, quien dirige la sección de cine de CENTRO diseño/cine/televisión, advierte que los cineastas sin estudio se quedan pobres en recursos e imaginación y si los problemas cambian o se vuelven complejos, tienen dificultades, por lo que no puede haber cineastas ignorantes de sus artes. “Para un cineasta, hoy en día, estudiar cine además de un gusto, es una necesidad”.
Además de incluirse una decena más de opiniones de distintos educadores fílmicos, el dossier de la revista ofrece una guía no exhaustiva, pero sí indicativa, de la gran cantidad de centros de enseñanza que existen en el país, en los que pueden cursarse estudios, cursos y talleres cinematográficos. Se enlistan, al menos, una treintena de ellos.
En otros contenidos, desde Argentina, Eugenia Guevara nos presenta un repaso a la historia del BAFICI, el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires que este año celebró una década de existencia. Y desde Durango, Juan Antonio de la Riva nos brinda un relato del primer Festival de Cine Mexicano que hace unas semanas se realizó en aquel estado del norte del país.
El presente número, que circulará durante julio y agosto, se complementa con un par de entrevistas a directores mexicanos que próximamente estrenarán sus cintas, el guanajuatense Gerardo Naranjo, respecto a su filme Voy a Explotar, que se estrenó en la Mostra de cine de Venecia y ganó los premios a Ópera prima iberoamericana, el del Jurado Mezcal y el de Mejor fotografía en el Festival de Guadalajara, quien reflexiona sobre cómo pueden los cineastas mexicanos arrancarle público a los melodramas televisivos. La otra charla es con Emilio Portes, director de Conozca la cabeza de Juan Pérez, Mejor ópera prima mexicana también en Guadalajara, expone su preferencia por el cine fantástico, un género desdeñado en el cine mexicano por cuestiones “de verosimilitud”.
La sección Close-up incluye un perfil a fondo de la productora de cine Laura Imperiale, de quien se resalta su entrega total hacia los proyectos de todos los directores con los que ha trabajado, además de su conocimiento de la edición, la dramaturgia y el casting Y la sección retake, vuelve al tema central del número tres, “Erotismo y pornografía en el cine”, para abordar la hechura de Sexxxcuestro, una cinta porno-homosexual, en la que trabajaron actores profesionales y maestros del CUEC; una entrevista con El Diablo, director de la exitosa productora de cine porno-gay Mecos Films, y un artículo sobre el pornógrafo cubano de culto Miguel Lavandeira.
También se publica un ensayo del historiador Álvaro Vázquez Mantecón, en el que reflexiona sobre la mirada con la que los directores del género italiano del Spaghetti Western abordaron la Revolución Mexicana en diversas cintas emblemáticas poco vistas en el país y su impacto sobre el cine industrial nacional de los años sesenta y de principios de los setenta.

 

El quinto número de TOMA. Revista Mexicana de Cine, editada por PasodeGato, Ediciones y Producciones Escénicas, circulará durante julio y agosto por todo el país en los principales locales cerrados como Sanborns, Caffé Caffé, librerías Educal y Gandhi.

Para entrevistas o mayor información, favor de comunicarse a los teléfonos 56 88 92 32 y 56 88 87 56, al correo electrónico revistatoma@gmail.com o a las oficinas ubicadas en Eleuterio Méndez 11, Col. Churubusco-Coyoacán,
C. P. 04120 en la ciudad de México.

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