El miércoles 23 de octubre, en punto de las 19 horas, un grupo de actores cinematográficos se congregaron en las escalinatas del teatro José Rubén Romero de la ciudad de Morelia, para realizar una protesta y exigir la resolución del caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, ocurrido en Iguala, y sumarse, de esta manera, a la jornada de protesta nacional llamada Una Luz por Ayotzinapa.
El actor Daniel Giménez Cacho, a nombre del grupo El Grito más Fuerte, exigió al gobierno mexicano que traiga con vida a dichos estudiantes. Actores como Tenoch Huerta, Harold Torres, Ilse Salas, Sofía Espinosa, Giovanna Zacarías y Verónica Lánger, participantes del décimo segundo Festival Internacional de Cine de Morelia, encendieron 43 veladoras de manera simbólica.
La actriz Verónica Lánger, además, dio lectura al poema «¡Mi país, oh mi país!», escrito por Efraín Huerta en 1959, del cual reproducimos algunos fragmentos:
País mío, nuestro, de todos y de nadie.
Adoro tu miseria de templo demolido
y la montaña de silencio que te mata.
Veo correr noches, morir los días, agonizar las tardes.
Morirse todo de terror y de angustia.
Porque ha vuelto a correr la sangre de los buenos
y las cárceles y las prisiones militares son para ellos.
Porque la sombra de los malignos es espesa y amarga
y hay miedo en los ojos y nadie habla
y nadie escribe y nadie quiere saber nada de nada,
porque el plomo de la mentira cae, hirviendo,
sobre el cuerpo del pueblo perseguido.
Porque hay engaño y miseria
y el territorio es un áspero edén de muerte cuartelaria.
Porque al granadero lo vistende azul de funeraria y lo arrojan
lleno de asco y alcohol
contra el maestro, el petrolero, el ferroviario,
y así mutilan la esperanza
y le cortan el corazón y la palabra al hombre—
y la voz oficial, agria de hipocresía,
proclama que primero es el orden
y la sucia consigna la repiten
los micos de la Prensa,
los perros voz-de-su-amo de la televisión,
el asno en su curul,
el león y el rotario,
las secretarias y ujieres del Procurador
y el poeta callado en su muro de adobe,
mientras la dulce patria temblorosa
cae vencida en la calle y en la fábrica.
Éste es el panorama:
Botas, culatas, bayonetas, gases…
¡Viva la libertad!
