Falleció el cineasta y ajedrecista Marcel Sisniega

Marcel_Sisniega

El sábado 19 de enero de 2013 falleció el cineasta y gran maestro de ajedrez mexicano Marcel Sisniega, a causa de un infarto, a la edad de 53 años, en su natal Cuernavaca, Morelos.

Nacido el 28 de julio de 1959, Sisniega fue  de campeón nacional de Ajedrez durante nueve ocasiones, hasta recibir el título de Maestro Internacional en 1977 y luego, fue el primer mexicano en obtener el reconocimiento como Gran Maestro de Ajedrez, por parte de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en 1992.

En 1987 publicó las novelas Anda suelto un Befo, Crónica personal de un torneo de ajedrez y Eliseo Zapata, que posteriormente fuera adaptada al cine por Martín Salinas y dirigida por Carlos Carrera, bajo el título de Un embrujo (1998).

Estudió la carrera de Realización Fílmica en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC)y debutó como director con el cortometraje La cruda de Cornelio (1996), cinta a la que siguió su primer largometraje Libre de culpas (1996), con guión y dirección suyas, que fuera galardonado como Mejor Largometraje en San Juan Cinemafest, en  Puerto Rico, en 1997, así como con el Ariel a la Mejor Fotografía y a Tema Musical, en 1998. 

Su siguiente proyecto, también con guión y dirección suya fue Una de dos (2001), premio La Perla del Pacífico en el Festival Internacional de Cine de Mazatlán. 

Sus siguientes largometrajes fueron En las arenas negras (2003)Fandango (2003), La quietud y el fuego (2005), El baile de la iguana (2005), Luces artificiales (2007), La cadenita (2007), El guapo (2007) y A través del silencio (2010), esta última basada en la novela homónima del poeta y activista Javier Sicilia, cinta merecedora del premio a Mejor Guión en el Festival de Trieste, Italia.

Desde mediados de 2009 fundó y dirigía la Escuela Veracruzana de Cine «Luis Buñuel», ubicada en el centro de Xalapa, Veracruz. Respecto a este proyecto, Marcel Sisniega publicó en las páginas del número 5 de la revista cine TOMA (julio-agosto de 2009) un artículo, del cual reproducimos algunos fragmentos:

La cinematografía es un arte complejo. Dicha complejidad no es fácil de dominar. Para la mayoría de los aspirantes a cineastas resulta deseable estudiar en una escuela con buenos maestros y un programa bien estructurado.
Cualquiera está en condiciones de conseguir una cámara de video y lanzarse a filmar su película. Al hacerlo, se enfrenta a las mismas limitaciones de aquel que toma una pluma y garabatea una novela o del pintor aficionado movido por ciega inspiración. Lo más probable es que el resultado sea lamentable. Esto no sólo se debe al desconocimiento técnico, sino a la falta de una visión artística que una escuela ayuda a desarrollar.

Ahora bien, el autodidacta puede ser diestro en una o más áreas del cine pero habitualmente presenta lagunas en su formación. Un buen maestro puede ahorrarle tiempo y muchos frentazos. Estudiar con compañeros que comparten la misma vocación resulta estimulante y a menudo es la  base de futuras colaboraciones.

Por supuesto, el aprendizaje del oficio cinematográfico también se presenta de modo inusual. Cuando no había escuelas de cine en México, Arturo Ripstein visitaba los sets de Chano Urrueta con el fin de aprender. Orson Welles llegó al cine tras muchas horas de dirección teatral y radiofónica. Los cineastas de la Nueva Ola francesa eran cinéfilos de tiempo completo. Y está el caso asombroso de Kim-Ki-Duk que llega al cine con una formación plástica y mucha observación de la vida.

No obstante, la lista de directores que pasaron por escuelas de cine es muy extensa. Están los rusos como Tarkovski, Mijailkov y Gelman; ls polacos Wajda o Kieslowski; lo s chinos Zhang Yimou   y Chen Kaige; y los estadounidenses Coppola, Scorsese, Stone y Jarmusch, por mencionar algunos.
La situación actual del cine mexicano es en extremo complicada. ne estar atentos a esos cambios.

El bombardeo televisivo, el culto al espectáculo en vez del arte, la confusión periodística cine y sociales, disminuyen seriamente la capacidad de apreciación del espectador. En consecuencia, se filma un buen número de películas pero el público no acude a verlas. Las condiciones de producción y exhibición cambian con rapidez y convien estar atento a dichos cambios.

Finalmente la amalgama de talento y tenacidad es lo que hace al artista. El talento proviene de los rincones más oscuros y luminosos de la infancia. La tenacidad permite un aprendizaje y una búsqueda continúa. Lo dijo mejor Ovidio: “La vida es corta y el oficio largo de aprender.”
La intención de nuestra escuela es brindar a los alumnos un sólido conocimiento técnico, pero sobre todo, un espacio de creación y reflexión antes de emprender sus carreras. Que sepan, por ejemplo, que las lecciones más importantes son las que aprenden por sí mismos, pero éstas se perciben con mayor facilidad cuando escuchan a otros que anduvieron esos caminos.

Marcel Sisniega, director de la Escuela Veracruzana de Cine «Luis Buñuel».

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